lunes, 21 de febrero de 2011

De pelos.


A mi me encanta se mujer, no me quejo y si hubiera nacido en cuerpo de hombre creo que odiaría al Barbudo con toda mi alma. Pero cuestión, acá estoy. Soy mujer, hecha y derecha (bueno no tan derecha, siempre me siento con la espalda encorvada cual vieja de 80). Y creo que a toda mujer le gusta que la atiendan. Si te da el presupuesto, muchas se podrían pasar la vida entre la peluquera, la colorista, la manicura, la esteticista y demás servicios de atención a mujeres con tiempo al pedo conocidas. Pero bueno, resulta que a mi no.
Tengo un problema, ya lo se (unos cuantos en realidad, pero de eso hablaremos en notas siguientes). Odio que me estén encima y tenga que depender de otro para que me hagan las cosas. No piso una peluquería hace 3 años, fácilmente, no jodo. Ni para mis 15 quise un peinado. Siento que siempre me va a quedar mal, que no me van a cortar bien, que el peinado no me va a favorecer y que lo único que me va a pasar es tener 50$ menos en la billetera y unas ganas de llorar por la calle cuando salgo. Manicuría, nunca en mi vida me hice. Me enferma, en serio. Onda la mina te pinta las uñas, no es la gran hazaña del universo. Pero cantidad de mujeres van a la mianicura y salen con sus manos perfectas, con las cuales después están cual mancas sin poder tocar nada por miedo a que se les corra. Creo que mi odio creció aún más cuando trabajaba en el local de ropa y venían las tipas con las uñas recién hechas a probarse ropa. Es verdad, lo juro por mi vida, que les tenía que calzar el pantalón para que no se les corra el esmalte. Una forra que merecía la muerte, nomás. La esteticista está bien, admito que puede ser la que más zafa, ya que todas deseamos tener el culo de Jesica Cirio. Soñar no cuesta nada, pero no económicamente hablando.
Pero si hay algo que detesto del ser mujer, es la depilación. Yo creo que si me llego a enterar quien fue la primer hija de su madre fácil que se le ocurrió depilarse, voy a su tumba y aplasto sus restos para que quede cual polvo de torta exquisita. Primero y principal, te tenés que decidir por el método que vas a usar. Si usás la Gilette, preparate para volver a ser un hombre lobo en dos días, tener los pelos encarnados y rezá por no cortarte. Solo sirve para salir del apuro, porque si la usás para todos los días, flaca, no tenés ni un poco de amor propio. Después está la Epileidi, o la máquina eléctrica, que está bárbara, pero requiere de tiempo. Además no sirve para todo. Las piernas te las bancas, pero hacerte el cavado profundo con eso es el equivalente de conocer a la mísmisima Parca en persona. (Lo digo por experiencia). Las banditas Veet, o similares, no las cuento. El que las inventó es el hijo del cagador y la fuga, a mi no me mienten. Y después, por último está la cera. Hay centros de depilación especializados, pero la verdad, como ya dije anteriormente, si me molesta que alguien me haga las uñas imaginate lo que me jode tener que ponerme en 4 para que me hagan la tira de cola. No gente, los centro de depilación no entran en la lista de mis lugares favoritos ni por esas casualidades de la vida. Además, agregale que tengo un trauma con el hecho de que me hagan doler. No tengo problema con hacérmelo yo, pero si otra persona me lo causa, me agarra la catanga. Por lo cual, yo opté por hacérmelo yo. Porque doy mas vueltas que una calesita para ir a la depiladora. Y, además, siempre tengo la convicción de que hubo una tarada que se pasó con la cera, se depiló completa y por bronca, se acostó con un bocón, que obviamente le encantó y ahora todos los tipos la exigen. Otra hija de puta, sin duda.
Porque a mi, queridas, no me joden. Si te depilás, en general es por un tipo. Y más vale que ese turro lo disfrute y apareza, porque si me dejás plantada con un cavado profundo, te juro que además de desearte la muerte, me acuesto con el primer tipo que encuentre, solo para que alguien lo admire.
Y si, si fuera hombre, además de odiar al Barbudo, trataría de nuncar dejar plantada a una mina, solo por respeto a su cavado.


5 comentarios:

Bel dijo...

JAJAJJAA me reí mucho, prima. Genial post. Igual yo debo ser la única mina que disfruta ir a depilarse y mientras está abierta de piernas con la cerca caliente, le da charla a la depiladora como si estuviera tomando mates en la plaza. Qué ezpezial.
Me encanta el diseño del blog :)

Ceci Di Gregorio dijo...

Gracias Belu! En estos días voy a volver a ir, a ver si le tomo un poco de cariño ya que otra no queda. Besos!

Con Edulcorante y Al revés dijo...

JAJAJAJJA..

"Onda la mina te pinta las uñas, no es la gran hazaña del universo.." Eso me tentó, mucho..

Yo posta.. todo bien con ser mujer, mal no la paso.. pero si me dieran a elegir en la repartición de croomosomas en mi proxima vida elegiría ser Mariano, no MarianA..
Lo de la depilación me rompe las pelotas.. lo de salir arreglada también, lo de que me venga y me duela y andar ahi largando cosas también.. lo de que sea mas dificil que para los hombres llegar al orgasmo tambien..
Medio que tenemos un par de cosas en contra.. asique si, resumiendo la depilación esta en mi lista negra. Te acompaño a la tumba de la conchuda que se le ocurrió :D

Saludos para voce!

Antonella dijo...

Jjajajajajaja pienso lo mismo, Ceci.
Amo ser mujer pero cómo cuesta aguantarse la depilación, oh dios!

Bárbaro el texto, genial.
Creo q todas las mujeres nos sentimos así.

Un beso!

Cinthia dijo...

Jajajaja me reí muchísimo.
Como leí una vez por algún lado: El sueño de toda mujer no es encontrar al príncipe azul, sino es la depilación definitiva"

¡Quien quisiera!
Un beso, te acabo de seguir, me seguis? (: